Ya sabemos que la legionella, bacteria causante del brote de neumonía bilateral en Tucumán que se originó hace algunas semanas, vive y se desarrolla en ambientes acuáticos naturales -como ríos, lagos o embalses- desde donde puede colonizar los sistemas de abastecimiento de agua de las ciudades, incorporándose a las redes de los edificios. Sin embargo, la etimología de su palabra es algo de lo que no todos están enterados.
Todo se remonta a 1976. En ese año una epidemia de esta enfermedad en Filadelfia, principalmente entre participantes de una convención estatal dentro de un hotel de la Legión Americana, llevó a que se la llamara "enfermedad de los Legionarios." Luego se denominó a la bacteria que provoca la enfermedad Legionella pneumophila.
En Tucumán, la enfermedad fue detectada en el sanatorio Luz Médica y lamentablemente terminó provocando varias muertes y otros tantos casos confirmados.
¿Es la legionella una enfermedad nueva?
No. Se identificó la bacteria por primera vez en 1976, pero ya había casos confirmados en 1947.
Medidas preventivas para evitar la legionella
Para evitar la legionella en el hogar se debe evitar el estancamiento del agua, el acumulo de nutrientes y el rango de temperaturas en el cual la bacteria se desarrolla. En cuanto a las instalaciones, las medidas se aplicarán en las instalaciones de la comunidad y en las viviendas particulares.
Si el edificio cuenta con depósitos, aljibes o tanques de reserva de agua fría de consumo humano: se recomienda establecer un programa de mantenimiento que incluya al menos:
- La comprobación de su estado, estructura.
- Deberán estar protegidos del calor excesivo y la de contaminación, se recomienda taparlos con una cubierta impermeable.
- Es importante que dispongan de algún sistema de renovación continua del agua, con entrada, salida, rebosadero y purga.
- Como norma general, se recomienda limpiarlos y desinfectarlos una vez al año.
Si el edificio dispone de un sistema de agua caliente centralizado: será necesario establecer un programa de mantenimiento, realizado por la comunidad o concertándolo con una empresa autorizada, que incluya la limpieza de los tanques y tratamientos anuales de carácter preventivo.
Si la vivienda dispone de un termo eléctrico o caldera de combustión con acumulador: se recomienda mantener la temperatura del acumulador por encima de los 60ºC y no apagarlo en horario nocturno.
En los elementos terminales de la red (grifos y duchas de la vivienda):
- Se recomienda evitar el uso de filtros y accesorios innecesarios, si existen deberá extremar su limpieza.
- Utilizar difusores de gota gruesa sobre todo en duchas.
- Purgar semanalmente aquellos grifos con poco uso, dejando correr el agua unos 5 minutos.
- Al menos una vez al año se recomienda desmontar los difusores y/o filtros y desinfectarlos, sumergiéndolos por ejemplo en lejía diluida.
- Eliminar las incrustaciones de cal mediante la aplicación de productos adecuados (vinagre y otros productos antical).
Si dispone de jacuzzis o bañeras de hidromasaje: se recomienda limpiar y desinfectar la bañera después de cada uso.
Si dispone de equipos de aire acondicionado: se recomienda que una vez al año limpie las bandejas de recogida de condensados y las desinfecte con lejía diluida.
Cómo ingresa la legionella en el cuerpo
La bacteria entra al cuerpo cuando una persona inhala pequeños aerosoles del agua contaminada o cuando se aspira agua (al tomar) y algunas partículas entran a los pulmones. Sin embargo, no es contagiosa. “Por lo general, la enfermedad del legionario y la fiebre de Pontiac (un grado más leve de la afección) no se propagan de una persona a otra. No obstante, esto podría ser posible en raras circunstancias”, advierte el sitio web del CDC estadounidense (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades).